En una época de escaseces, un pequeño grupo de emprendedores impulsaron en nuestra merindad la puesta en marcha del primer ferrocarril de tracción eléctrica de la Península y el segundo de Europa.
|
| La Alcaldesa de Rocaforte recibiendo una dedicatoria del auto |
No es una historia tediosa de tecnología y maquinaria del otro siglo, como advierte el autor, sino un recuerdo al que fuera el motor económico, tecnológico y social, además de una referencia muy actual de unión entre los pueblos de la Merindad. Un hito que se presenta como una oportunidad de futuro, aprovechando este símbolo, que en su época fue de modernidad, para aglutinar a sus gentes, con proyectos como la Vía Verde. Un sendero natural que nos lleva a Europa, partiendo desde Sangüesa, Aoiz, y pasando por el Valle de Egües, hasta conectar con la Vía Verde del Plazaola, hacia el Norte.
 |
| La alcaldesa de Liédena con el autor y Mamen Oroz al fondo |
"En la época de estos pro-hombres del Pirineo, el dinero privado se invertía en el bien público, al revés que pasa hoy en día, el dinero público se invierte en el ámbito privado"
Con la presencia de Mamen Oroz Iribarren, Directora del Servicio de Marketing y Desarrollo de Productos Turisticos, como representante del Gobierno de Navarra, arrancó una charla muy esperada por los vecinos de la zona. Fernando Hualde presentaba un vasto trabajo, basado en la recopilación de documentos, tanto escritos como orales que, aunque le fue hecho por encargo, le ha apasionado durante varios años. Según sus palabras, se trata de ir "recogiendo afectos y reconstruir la historia a través de la memoria y de los documentos" para plasmarlos en un libro.
Hay que remontarse a princios del s.XX, en aquellos años en los que las almadías surcaban el río, cargados de remesas de madera para la venta, se cruzaba el río en barca y nuestros abuelos usaban de caballerías para desplazarse. De la nada, Domíngo Elizondo y Ciriaco Morea, vecinos de Aezkoa, crearon en 1911 la Sociedad del Irati. Aquellos "hombres de la miseria" que emigraron a Argentina para hacer fortuna y regresaron a su tierra para mejorar la vida de sus paisanos. En palabras del escritor "En la época de estos pro-hombres del Pirineo, el dinero privado se invertía en el bien público, al revés que pasa hoy en día, el dinero público se invierte en el ámbito privado". La Merindad está salpicada de ejemplos de su influencia. Es el caso del puente de Liédena (portada del libro) que se construyó como consecuencia del desarrollo económico que trajo El Irati, aunque dió paso a una nueva época, de transporte por carretera, y al declive y cierre del ferrocarril. Sin embargo, todavía se recuerda, entre los más mayores de la localidad "Aquellas tardes de Rosario cuándo iban a la estación a merendar pan y chocolate".
Hay que remontarse a princios del s.XX, en aquellos años en los que las almadías surcaban el río, cargados de remesas de madera para la venta, se cruzaba el río en barca y nuestros abuelos usaban de caballerías para desplazarse. De la nada, Domíngo Elizondo y Ciriaco Morea, vecinos de Aezkoa, crearon en 1911 la Sociedad del Irati. Aquellos "hombres de la miseria" que emigraron a Argentina para hacer fortuna y regresaron a su tierra para mejorar la vida de sus paisanos. En palabras del escritor "En la época de estos pro-hombres del Pirineo, el dinero privado se invertía en el bien público, al revés que pasa hoy en día, el dinero público se invierte en el ámbito privado". La Merindad está salpicada de ejemplos de su influencia. Es el caso del puente de Liédena (portada del libro) que se construyó como consecuencia del desarrollo económico que trajo El Irati, aunque dió paso a una nueva época, de transporte por carretera, y al declive y cierre del ferrocarril. Sin embargo, todavía se recuerda, entre los más mayores de la localidad "Aquellas tardes de Rosario cuándo iban a la estación a merendar pan y chocolate".
Vídeo y fotos elaborado y cedido por el Centro Social y cultural de Liédena y el Consorcio Tierras de Javier
No hay comentarios:
Publicar un comentario